Más allá de las urnas, la verdadera esencia de la democracia

Milton N Gutiérrez Charris

Instructional Coach 

A propósito de la elección del Personero Estudiantil del Altamira International School y de las elecciones que tendremos en octubre de este año es oportuno hacer la reflexión sobre ¿Cuál es la verdadera esencia de la democracia?  

La democracia se define como el gobierno del pueblo y su máxima expresión se tiene cuando se meten papeles en una caja y al final estos se cuentan para escoger a un gobernante. A decir verdad, la democracia no puede ser reducida a eso. La democracia debe entenderse como la forma en la que todas las voces deben y tienen que ser escuchadas y tenidas en cuenta sin importar qué si son amigas o enemigas, cercanas o lejanas, si hacen parte de la mayoría o de una minoría. Todas esas voces deben estar representadas por medio de una voz que canaliza los deseos de todos los que conforman una comunidad.

La democracia, de por si, no es un acto natural del ser humano, sino, una expresión colectiva de la búsqueda de un puñado de personas que, teniendo cosas en común buscan ser comunidad. Cuando una sola persona quiere hacerse pasar por la voz de todos eso se llama fascismo. Cuando una persona quiere imponer su voz por encima de la de los demás eso es totalitarismo. Cuando una persona usa la fuerza para establecer su voz como la verdadera negando la validez de otras voces, eso se llama Dictadura. Cuando una persona quiere hacer pasar su voz como la única y verdadera eso se llama autoritarismo. Pero cuando un líder busca el bien de todas las voces, incluso de los que no lo eligieron y que no lo apoyan, eso se llama democracia. 

Y cuando el pueblo se manifiesta frente a quien debe representar su voz es cuando el viejo adagio latin cobra sentido “Vox Populi, Vox Dei” La voz del pueblo es la voz de Dios y como la mayoría se ha pronunciado la única manera para mostrar el poder y la solemnidad de esta decisión es comprarla con la imagen de lo más sagrado Dios. El pueblo, como supremo se ha manifestado y, a pesar de ser muchas voces, se hace una en una decisión, ahora ya hay alguien que me representa. 

La democracia, como se ha destacado anteriormente, es un ideal complejo que trasciende la simple práctica electoral. En su esencia, representa el compromiso de una sociedad de garantizar que cada individuo tenga una voz en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Este compromiso no solo se basa en el respeto por las opiniones mayoritarias, sino también en la protección de las voces de las minorías, ya que una democracia genuina busca equidad y justicia para todos. En el corazón de la democracia está la noción de que ningún individuo o grupo debe imponer su voluntad de manera autoritaria, sino que el poder se ejerce colectivamente, con respeto por los derechos y deseos de cada miembro de la comunidad.

En última instancia, la democracia es un reflejo de los valores fundamentales de la igualdad, la libertad y la responsabilidad compartida. Al abrazar la diversidad de voces y perspectivas que conforman una sociedad, la democracia se convierte en una herramienta poderosa para la construcción de sociedades más justas y equitativas. A través de la participación activa de sus ciudadanos y la búsqueda del bienestar común, la democracia no solo da voz a la voluntad del pueblo, sino que también permite que esa voz sea un faro de esperanza y cambio positivo en el mundo. En palabras de Abraham Lincoln, es un sistema “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, y su vigencia y éxito dependen de nuestro compromiso constante con sus principios y valores.

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