La educación virtual en el Altamira: una experiencia positiva para la familia

En momentos en que la humanidad afronta una situación de incertidumbre y el aislamiento en nuestros hogares figura como la mejor alternativa para protegernos del contagio del COVID19, la opción académica de las clases remotas o virtuales para nuestros niños y jóvenes, constituye un nuevo reto ante el cual sabemos tanto profesores, estudiantes, como padres de familia, que debemos ser resilientes.

Pero más allá de la buena actitud y todo lo que esta situación demanda de nosotros, considero muy positivo que mi hija Juliana, no solamente tenga el compromiso de asistir de lunes a viernes a las clases virtuales diseñadas por el Colegio Altamira, en la medida en que no se interrumpe su proceso educativo, sino que a su vez estas clases se hayan convertido en un recurso útil, si se quiere es una buena excusa para reencontrarse con sus compañeros y profesores en un ambiente de cariño y confianza que ineludiblemente, fomenta especialmente en los jóvenes, valores como la solidaridad, la disciplina, la creatividad y la alegría.

Ver a mi hija despertar cada mañana para “asistir” a su colegio, escuchar a través de la puerta de su cuarto las risas (producto de la interacción que en el aula virtual se genera entre los chicos, los cuales, cosa tan maravillosa, mantienen unos códigos de complicidad que a los mayores nos causarían envidia), saber que después tendrá más cosas que hacer gracias a las tareas, es algo que todos los días agradezco.

Es increíble cómo en estos momentos cruciales, la tecnología contribuye a afianzar vínculos de afecto, a poner el conocimiento en movimiento, y aprovechar de manera inteligente, unas horas que, a falta de actividades de formación para nuestros hijos, serían vacías: de ocio improductivo y aburrimiento.

Por eso, animo a los padres de familia a asumir esta nueva experiencia como algo que decididamente hará de nuestros niños y jóvenes personas más estructuradas, fuertes, disciplinadas, organizadas, y enfocadas en sus objetivos. Que en ocasiones tocará “pelear” contra la pereza, sí; contra la queja, también; que habrá que estar más presentes y hacer seguimiento a tareas y evaluaciones… eso es un hecho. Pero el aprendizaje es para todos.

Recomiendo entonces organizar el tiempo en casa, establecer compromisos y formas de verificación, y por supuesto, dar ejemplo. Si los chicos son testigos de que sus padres tienen unas rutinas establecidas para el teletrabajo, y la organización de la casa, ellos interiorizarán e imitarán esos comportamientos. Tampoco olvidemos la diversión, los juegos en familia, y todas esas actividades vinculadas a nuestras pasiones, las cuales generan bienestar duradero.

Por mi parte, sólo me resta agradecer al Colegio Altamira y a su staff de docentes, toda la entrega y creatividad que han puesto al servicio de la educación, y para beneficio de nuestros hijos. Los maestros son héroes anónimos imprescindibles para la sociedad.

Patrizia de Jesús Castillo Torres

Mamá de Juliana López Castillo, 9th Grade B

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